Segovia tiene mar y cuando sopla el viento se escucha su rumor cercano. Pero este mar no es de agua sino de pinos, de copas verde intenso que se funden con cielo y montaña: la de la Sierra de Guadarrama.
Su lecho es una alfombra de arena blanca y fina que evoca aquel Mar de Tetis que cubría estas tierras hace 7 millones de años y que envidiarían las más orgullosas playas de piedra y roca que presumen de océano.
Una de las vistas más majestuosas del Mar de Pinares segoviano puede contemplarse desde la Ruta “Al Fondo del Mar” que parte de Mata de Cuéllar y que ahora comenzamos.

Vista de la Tierra de Pinares desde la Ruta Al fondo del Mar con los municipios de Mata de Cuéllar y San Cristóbal de Cuéllar respectivamente
Tierra de pinares
La Tierra de Pinares de Segovia es una de las mayores extensiones de pino de toda Europa. Ha dado cobijo, sustento y recursos de todo tipo a sus moradores durante siglos y nos brinda un paisaje único y de singular belleza.
Doy fe de ello. Uno pertenece a la tierra, a sus raíces, que son las del corazón.
La primera vez que pisé esta tierra segoviana, regada por el sudor de mis antepasados, fue para que me conocieran mis abuelos y mi tío. Lo hice recién nacida. Llegué a bordo del Seat 600 que conducía mi padre y en brazos de mi madre.
Desde entonces he regresado una y mil veces. Siempre es un placer. En esta tierra de labor y blancas colinas se hunden mis raíces como las de los pinos a los que trepaba mi abuelo para recolectar sus piñones. De uno de ellos y desde una considerable altura, cayó mi bisabuelo Ezequiel y nunca más volvió a enderezarse. Mientras él permanecía postrado en la cama, sus paisanos se repartían el trabajo del campo para ayudar a la familia a salir adelante. Así es la generosidad de sus gentes.
Pues bien, a pesar de conocer la zona, siempre hay lugares y rincones nuevos por descubrir.
Ruta Al fondo del mar
La ruta “Al fondo del Mar”, que recomiendo sí o sí, era una completa desconocida para mí. La descubrí gracias a un aviso en la Página de Facebook de Turismo de Cuéllar. ¡Benditas redes sociales!
La visita guiada la organizaba Honorse Tierra de Pinares y nuestra guía resultó ser, nada más y nada menos, que una bióloga, Mª Mar García, una de las fundadoras de Naturaleza en Directo y editora de la Revista Viajar por Segovia.
Habíamos quedado en Mata de Cuéllar. Ahora con los navegadores no hay ni medio problema, pero por si acaso, está en la carretera CL 602 entre Cuéllar (Segovia) e Íscar (Valladolid).

Plano de la Ruta de Senderismo “Al Fondo del Mar”
“Al fondo del mar” comienza a las afueras del casco urbano de Mata de Cuéllar. Se trata de una ruta de 9 kilómetros a pie (de dificultad baja) que se dirige hacia el monte “Fuente del Valle” hasta un mirador natural con magníficas vistas al verde mar de pinares.
Al final de la calle Camino del Monte, un cartel informativo descolorido y completamente ilegible nos da la bienvenida. Sin embargo, ese cartel podéis encontrarlo e imprimirlo, si queréis, en este enlace: Senda “Al fondo de Mar”.

Francisco, vecino de Mata de Cuéllar, otea el horizonte de campos de labranza y colinas desde el Camino de la Calera
Jalonado por tierras de labranza, enfilamos el Camino de la Calera (no encontrareis ninguna señalización con este nombre).
Francisco, un vecino de La Mata (así se conoce popularmente a Mata de Cuéllar) -que nos acompañaba y que conoce el entorno como la palma de su mano- nos explicó que se llama así porque antaño éste era el sendero que conducía a la Calera, aquel lugar donde se elaboraba cal fundiendo la piedra caliza abundante en toda la zona que se utilizaba en la construcción y era un excelente repelente de agua e insecticida.

Mª Mar García, bióloga de “Naturaleza en directo” y guía de esta ruta, explica los tipos de aves que habitan en la zona
Flora y fauna
Las aves
Durante la suave subida inicial, nuestra guía Mari Mar nos explicó que en el entorno habitan múltiples aves: gorriones, calandrias, cogujadas, tortolas, terreras, alondras… Aves de trinos diferentes que nos deleitan con su banda sonora. ¡Dadle al play y escuchad!
Los pinos
Al fondo, el camino gira a la izquierda y comenzamos a ver pinos de dos tipos: pino resinero (pinus pinaster) y pino piñonero (pinus pinea) que se distingue del resinero por su copa redondeada en forma de chupachups.

El espliego que brota en primavera proporciona un intenso aroma. De ahí que se utilizara para elaborar colonia.

Las vigorosas raíces de un pino piñonero se hunden en la tierra caliza donde los agujeros nos advierten de un peculiar avispero
Las hierbas aromáticas
Al pie de las vigorosas raíces que desafían la gravedad y asoman desnudas del suelo que las sustenta, crece el espliego en primavera. Huele maravillosamente y antaño se utilizaba para fabricar colonia casera.
Igual que el tomillo o la salvia -también presentes en la zona- se empleaban para cocinar o para hacer tisanas u otros preparados por sus propiedades medicinales.
Actualmente muy poca gente rastrea el pinar en busca de estas hierbas aromáticas. El rastreo en toda regla llega en otoño, cuando el lecho de agujas que amortiguan la pisada, se llena de níscalos y otras setas.
Las setas del pinar
El otoño es una de las épocas del año en la que más transitados están los pinares. Muy pocos se resisten a no dar una vueltecita en busca de estas codiciadas delicias otoñales. Lo de recolectar piñones ya cuesta más y es mucho más peligroso (¡que se lo digan a mi bisabuelo!).
¡Qué gustazo rebuscar níscalos en compañía de la familia, gritar “aquí hay uno…aquí un ramillete…aquí más” y luego regresar a casa, limpiarlos y degustarlos en sabrosas recetas: asados, con jamón, chorizo, patatas e incluso con pescado!
Otras setas desconocidas para la gran mayoría o setas de primavera como el pucheruelo se las dejamos a los más expertos.

¿Comestible o peligrosa? Muchas de las setas que da el pinar son auténticas desconocidas para la gran mayoría. Ante la duda: no tocar.
Pero volvamos a nuestra ruta. Estamos casi a punto de contemplar la maravillosa vista de “Al fondo del mar”. Sólo hay que coronar la cuesta de pinos y dirigirnos a la izquierda, hacia la falda de la montaña. Entonces se vislumbra ese mar que no es mar pero lo parece, ese mar de pinares que ruge como si fuera de agua salada cuando sopla el viento. Ahora los ojos ríen y el corazón se ensancha al contemplar esta belleza.

Entre pinos hermanos surge la espectacular vista del Mar de Pinares de Segovia desde la ruta “Al fondo del Mar”
Después de la parada obligada para disfrutar del paisaje y hacer fotos, continuamos camino bordeando la ladera de la montaña dirección sureste. A nuestro paso, encontramos enebros y sabinas, encinas (que antaño se talaban para hacer carbón). También la ruta o ruda, planta que desde tiempo inmemorial utilizaban las mujeres para abortar.

Planta de ruta (montana). Posee propiedades para provocar abortos, pero también puede ser beneficiosa para el aparato circulatorio y digestivo.

Las nebrinas o bayas de enebro tardan 3 años en madurar pasando de verdes a rojas y finalmente a negras-azuladas

Las hojas de la sabina son menos puntiagudas que las del enebro aunque los dos pertenecen al mismo género Juniperus
Las bellas vistas del Mar de Pinares, como los ojos del Guadiana, aparecen y desaparecen, según avanzamos en la ruta, y enmarcan nuestro paseo hasta llegar al mirador desde el que se contempla el castillo de Íscar y otras poblaciones vecinas.

Vista de Íscar -tierra de carpinteros- y su castillo (al fondo) rodeado de una amplia extensión de pinares
Es recomendable leer la información del panel ubicado en este mirador y descubrir más sobre la flora y fauna de la zona, pero también podemos aprender muchas cosas si miramos al suelo.
Congeladas en piedra, quedan las huellas petrificadas del Mar de Tetis, una laguna tropical de agua dulce que existió aquí hace 7 millones de años.
Si tenéis curiosidad por saber más, os dejo este enlace de “Las raíces del paisaje“, el libro en PDF de Andrés Díez Herrero y José Francisco Martín Duque, un auténtico regalo para aprender más cosas sobre la geología del territorio de Segovia.

Un mar tropical, el Mar de Tetis, cubría estas tierras hace 7 millones de años. Sus huellas aún permanecen en muchas rocas
¡Y más prehistóricos todavía! A unos 50 kilómetros del punto donde nos encontramos, los impresionantes cañones que jalonan el río Duratón se formaron en el Cretácico superior hace 60 millones de años, pero ésa es otra ruta.
Hoy nos quedamos con esos pinares entre los ríos Pirón, Cega y Adaja que inmortalizó Espronceda en su novela Sancho Saldaña o el castellano de Cuéllar, con esos bosques de pinos donde canta la chicharra en verano y el aliento congelado del despiadado cierzo en invierno. Continuamos recorriendo sus caminos de arena blanca y fina dentro del laberinto de ese verde mar de secano de las tierras de Castilla que aún atesora secretos, rumores, senderos y caminos que aguardan sin prisa la visita del curioso caminante.
Agradecimientos: A Honorse Tierra de Pinares y en particular a Marta, su representante en esta fabulosa visita, por organizar y hacer posible rutas como ésta. También a Mª Mar, de Naturaleza en Directo, por ser una guía estupenda y descubrir para nosotros tantas cosas.
Alojamiento recomendado: Si te apetece hacer esta ruta y no eres de la zona, te recomiendo la Casa Rural El Bandolero. Está en San Cristóbal de Cuéllar, a poco más de 10 kilómetros de Mata de Cuéllar, punto de partida de la ruta “Al Fondo del Mar”. Leo y su familia te tratarán de maravilla. Y a 7 kilómetros está Cuéllar, villa histórica con un rico patrimonio mudéjar que también tiene mucho que visitar.
Enlace oficial: Senda Al fondo del Mar
Gracias Mónica por este artículo que como siempre no nos deja indiferentes. Un artículo con una gran sensibilidad y muy cuidado (completa información en los enlaces a que haces mención).
Me ha emocionado el breve pero intenso recorrido que haces a tus familiares, a su trabajo y esfuerzo en este pedacito de tierra castellana. Y especialmente el gran cariño y respeto que tienes a estas tierras.
Las fotos y la descripción que nos ofreces nos hace que queramos recorrer de nuevo esa senda para quienes ya la conocemos.
Una ruta muy recomendable.
Sin palabras, Mónica. Una descripción llena de detalles que nos transportan hasta aquel día, reviviendo el recorrido, y que deja constancia de todos los conocimientos que de manera sencilla, e incluso entrañable, aprendimos aquel día. Gracias de todo corazón por amar y difundir la riqueza de esta comarca, la Tierra de Pinares Segoviana.
Muy buen post: entretenido, informativo y muy útil. Sin embargo, me gustaría comentar que creo que el mar de Tethis mencionado al principio, cubría estas tierras hace 7 MIL millones de años. Gracias, y da gusto que haya gente con tanta información y curiosidad por nuestras preciosas tierras.
Un saludo.